EL ESPEJO -vol I-






En general, cuando tengo que retratarme tiendo un poco a buscar esconder la cara. A veces cubriéndola parcial o completamente, alguna vez por estar en movimiento y otras usando reflejos. Hablo de los que hay en una ventana, donde a lo que se ve a través de ella se le superpone una imagen reflejada. Esos en particular me gustan mucho, siento afinidad por esa yuxtaposición en la que todo parece estar constantemente en competencia, donde nada está claro y hay mucho caos y estridencia general. 
Entonces, lo primero que pienso cuando tengo que hacer mi retrato es que no quiero que sea algo demasiado claro y frontal, quiero algo mas fragmentado y múltiple. Pienso en usar ventanas pero la verdad no me convence, creo que me voy a perder mas de lo que debería y que en cierto punto es lo mas obvio y evasivo para hacer. Pienso en usar espejos, algo mas o menos así:
Pero en el medio de eso veo el modo panorámico en mi celular y me suena a que puede ser lo que estoy buscando.
 Lo primero que pruebo es, con ayuda de mi vieja, hacer un recorrido 360° de mi cabeza, con la idea de hacer un retrato desde todos los ángulos posibles. Salvo por una, en general no me gustaron los resultados y no podía retener a mi madre más tiempo así que continué usando el modo panorámico por mi cuenta.
  La mayoría de las fotos están reencuadradas porque muchas veces, si no estaba viendo la pantalla, le erraba al botón o me quedaban demasiado fuera de foco las imágenes. Entonces lo que hice fue apuntar a una zona de la habitación donde llegara la luz (apuntar sin querer a la ventana me costó una foto muy oscura), apretar el botón y después girar despacio la cámara para que me fotografíe a mí. Por ejemplo: 




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